
Arabia Saudí llega al Mundial de 2026 con la ambición de consolidar su crecimiento competitivo. La Green Falcons apuesta por intensidad y orden, buscando ser compacta y peligrosa al contraataque, como demostró ante grandes potencias en el pasado.
Con participaciones regulares desde 1994, su historia incluye actuaciones destacadas y jugadores emblemáticos como Sami Al-Jaber, Yasser Al-Qahtani y, más recientemente, Salem Al-Dawsari. El equipo se caracteriza por resiliencia y espíritu colectivo.
Para 2026, los analistas la ven como una selección incómoda en fase de grupos. Si sostiene la solidez defensiva y maximiza la velocidad por bandas, puede competir por la clasificación. La clave será la eficacia en áreas y la gestión de los momentos finales.