Marrakech en dos días: lo que necesitas saber para no perderte nada

Ningún viaje a Marruecos está completo sin una visita a Marrakech. Patrimonio de la humanidad, esta ciudad cuenta con un gran número de atractivos que no puedes perderte

Joaquín Montaño

Joaquín Montaño

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Marrakech en dos días: lo que necesitas saber para no perderte nada

Mercado tradicional Jama el Fna, Marrakech | ©Calin Stan

Una estancia de dos días en Marrakech, aunque breve, te va a permitir cubrir buena parte de lo que hay que ver y hacer en Marrakech e, incluso, algunos de lugares situados justo en sus alrededores. La ciudad cuenta con más de un millón y medio de habitantes y forma parte de las Ciudades Imperiales de Marruecos junto a Fez, Mequinez y Rabat.

Para aprovechar al máximo estos dos días es necesario planificar bien tu tiempo. Solo así podrás perderte por el laberinto de calles que forman su Medina para ver sus mezquitas y zocos, visitar el Palmeral y vivir de cerca todo el ambiente de la plaza Jamaa el Fna.

Día 1: De la Medina a la plaza Jamaa el Fna

Plaza Djemaa el Fna | ©Boris Macek
Plaza Djemaa el Fna | ©Boris Macek

Una de las mejores maneras de adaptarse a la ciudad es realizar la primera visita por la misma con un tour guiado. Los recorridos de muchos de estos tours guiados son similares al itinerario que os he preparado para el primer día.

En concreto, el plan para esta primera jornada incluye platos fuertes como el zoco y la Medina, sin olvidar la Plaza Jamaa el Fna en sus versiones diurnas y nocturnas.

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Entra en la kashba por la antigua puerta de Bab Agnaou

Para aprovechar bien el tiempo en Marrakech, sin importar si haces la ruta por tu cuenta o con un guía, la jornada debe empezar bien temprano.

Aunque la cercana Bab er Robb era la entrada oficial a la ciudad, el recorrido vamos a comenzarlo por la Bab Agnaou. Como indica su nombre (“bab” significa puerta en árabe), se trataba de una de las 19 entradas en las murallas que conducían al interior de la localidad.

Bab Agnaou es la puerta que conduce a la kashba, un tipo de edificación fortificada de origen bereber que acabaron sirviendo de residencia a alguna familia poderosa. En este caso, se trata de la kashba real. La entrada, construida en el siglo XII, es monocolor y cuenta con un arco central que conduce al palacio El Badi y a las tumbas saadíes.

Las tumbas saadíes y su impresionante sala

Tumbas saadíes | ©Montse PB
Tumbas saadíes | ©Montse PB

El siguiente punto del recorrido no tiene pérdida, ya que solo hay que caminar hacia un minarete de azulejos verdes situado a pocos metros de Bab Agnaou. El minarete en cuestión forma parte de la mezquita Moulay El Yaziz, junto a la que se encuentran las tumbas saadíes, una de las visitas más interesantes de toda Marrakech.

Estas tumbas están datadas a finales del siglo XVI, cuando el sultán Al Mansur ordenó construirlas. Sin embargo, pocas décadas más tarde fueron tapiadas por orden de otro sultán, Mulay Ismail y fueron totalmente olvidadas. No fue hasta 1917 cuando fueron redescubiertas.

El acceso a las tumbas, que pueden visitarse con el pago de una entrada, es un pasillo estrecho que conduce a un pequeño jardín. En este aparecen los enterramientos de varios sirvientes, cancilleres y guerreros. Alrededor de ese patio están situados algunos edificios que contienen tumbas de personajes más importantes. La tumba del propio sultán Al Mansur se encuentra en la llamada sala de las 12 columnas, sin duda la estancia más impresionante del complejo

Palacio de la Bahía

En el camino al siguiente destino, callejeando por la medina intentando no perderse demasiado si se ha decidido ir por cuenta propia, es interesante detenerse en la Place des Ferblantier (también incluida en muchos tours privados). Además de la belleza de la propia plaza, en ella vas a encontrar un gran número de tiendas especializadas en productos hechos con hojalata y con otros metales.

Después de echar un vistazo a la plaza y a las tiendas mencionadas, el recorrido continúa hasta llegar a una de las visitas que más suele gustar a los visitantes: el Palacio de la Bahía.

En el momento de su construcción, en el siglo XIX, la intención era levantar el palacio más grande de todo el mundo. Aunque ese deseo no llegó a cumplirse, los jardines y el harén que hay en su interior son dos de los grandes atractivos de la ciudad.

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Plaza Jamaa el Fna

Si hay un lugar que define a la ciudad de color olor ocre, ese es la plaza Jamaa el Fna. Cuando llegues a ella encontrarás un gran número de vendedores de zumos naturales de fruta y de tatuadores de henna. Junto a ellos, artistas callejeros como los típicos encantadores de serpientes o domadores de mono, sin olvidar a los cuentacuentos.

El ambiente, los olores y las imágenes te golpearán por todas partes. Es muy posible que tengas deseos de fotografiar casi todo lo que veas, pero es muy importante que no lo hagas sin pedir permiso y negociar previamente un precio por la foto.

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Recupera tus fuerzas en Dar Cherifa

Visitando el Dar Cherifa | ©Robert Prazeres
Visitando el Dar Cherifa | ©Robert Prazeres

Uno de los tours organizados más populares en Marrakech es el dedicado a la gastronomía. Si, por falta de tiempo, no lo has contratado, la visita a Dar Cherifa va a ser una perfecta introducción a la comida marroquí.

Este restaurante no solo es uno de los que sirven mejores platos de tajine o cuscús, sino que el edificio en el que está situado es ciertamente espectacular. Se trata de uno de los riads (casas tradicionales) más bonitos de toda la ciudad.

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Recorre con calma el zoco y aprende a regatear

Con las fuerzas recuperadas todavía queda vivir una de las experiencias más intensas de Marrakech: recorrer el zoco. Para ello, también puedes contratar uno de los tours guiados específicos para estos mercados.

Este gran mercado ocupa muchas callejuelas de la Medina, generalmente bastante estrechas. La gran afluencia de público hace que sea complicado moverse por ellas con comodidad, sobre todo si hay que compartir el espacio con muchos puestos colocados en las mismas calles. Para que disfrutes de este paseo te aconsejo que mantengas siempre la tranquilidad. Igualmente, trata de evitar a los vendedores que intenten atraer tu atención de manera más agresiva y a los falsos guías.

La mejor manera de realizar este recorrido es no tratar de saber dónde estás en cada momento. Deambula por las calles y ve fijándote en los productos que más te gusten. Allí vas a encontrar de todo, desde babuchas a juegos de té, pasando por especias, alfombras, prendas de seda, artículos de cosmética, faroles de metal o chilabas. Eso sí, recuerda que la costumbre exige regatear con el vendedor hasta llegar, o no, a un acuerdo. Cada uno tendrá una zona que le llame más la atención. Mi elección es la plaza Rahba Kedima, donde se venden hierbas medicinales y cestería.

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Museo de Marrakech y Qoubba almorávide

Mientras caminas por el zoco procura encontrar una antigua escuela musulmana de nombre Medersa Ben Youssef. Entra para ver su impresionante patio central y la decoración de los arcos y las puertas.

Muy cerca de este lugar está el Museo de Marrakech. Al menos deberías asomarte a su patio interior, ya que su belleza lo convierte en una de las visitas más recomendadas.

Justo al lado se encuentra la Quobba almorávide, el último ejemplo de este estilo que se encuentra en la ciudad y que también podrás ver si te acercas en una excursión a Essaouira. Hoy en día, el edificio contiene un zoco llamado Souk Foudouq Ouarzazi que bien merece dedicarle unos minutos.

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Mezquita Koutoubia

Mezquita Koutoubia | ©Daniel Csörföly
Mezquita Koutoubia | ©Daniel Csörföly

El recorrido de este primer exige seguir caminando por la Medina de Marrakech para ver uno de sus edificios más famosos. En esta ocasión, el destino es la Mezquita Koutoubia, la más importante de Marrakech.

Aunque esta mezquita del 1158 no puede visitarse por dentro, solo su decoración exterior y el fabuloso minarete de unos 70 metros de altura la convierten en una parada imprescindible. El mencionado minarete asemeja mucho a la Giralda de Sevilla y sigue siendo el punto más elevado de la ciudad.

Un atardecer y un té de menta en la terraza del Café Glacier

Después de un día intenso, la recompensa debe ser igual de impresionante. Para ello, nada mejor que acercarse al Café Glacier para disfrutar de un delicioso té de menta en su terraza.

Además de relajarte con tu té, desde allí puedes contemplar el anochecer y como la vecina plaza Jamaa el Fna va transformándose para afrontar las siguientes horas.

Vuelta a la plaza Jamaa el Fna

El anochecer cambia casi por completo el aspecto y el ambiente de la plaza. Los vendedores que antes la ocupaban se retiran y su lugar es ocupado por muchos puestos de comida que compiten entre ellos para atraer a los visitantes.

Sin duda, se trata del escenario perfecto para cenar algo antes de retirarte a tu hotel. Pasea por los diversos puestos y elige el que más te convenza, sin prestar demasiado atención a las llamadas de los diferentes vendedores que intentan que te sientes en sus mesas.

Joaquín’s Traveller Tip

Hay mucha competencia entre los distintos puestos de comida y, a veces, algún camarero puede ponerse demasiado insistente. Mantén la calma y siéntate en el lugar que más te interese a pesar de las llamadas del resto.

Día 2: Conoce el Palmeral y otros atractivos menos conocidos de Marrakech

Recorriendo el Palmeral al Atardecer | ©EliBet.
Recorriendo el Palmeral al Atardecer | ©EliBet.

Caminar por la Medina y por la Jamaa el Fna son experiencias realmente magníficas, pero también agotadoras. Por ese motivo, el segundo día en Marrakech va a ser algo más relajado. Aunque los lugares a visitar son algo menos famosos, te aseguro que no tienen nada que envidiarles a los del primer día.

Haz una pequeña escapada a El Palmeral

El primer lugar al que dirigirse durante el segundo día en Marrakech será la zona del Palmeral de Marrakech, a unos 10 kilómetros de la Medina. Las opciones para llegar son variadas. Por una parte, siempre podéis ir en taxi tras negociar con el conductor una tarifa que incluya un tiempo de espera. Igualmente, también se puede ir en calesa, una de las formas más tradicionales para moverse por Marrakech.

Por último, existen numeroso tour que llevan a la zona. Prácticamente, cada visitante va a encontrar uno a su gusto, desde el que utiliza quads y permite visitar algunas aldeas hasta el que incluye un paseo en camello. En este último caso, también hay un tour que ofrece ver el atardecer en el Palmeral y un paseo en camello. Si os llama la atención esta posibilidad, solo tenéis que cambiar el orden del itinerario.

El Palmeral ha sido tradicionalmente una gran fuente de recursos para la ciudad. Aunque esto no ha cambiado, hoy en día se ha convertido en uno de sus principales atractivos turísticos y forma parte de un plan de desarrollo que prevé la apertura de varios hoteles. A pesar de esto, el lugar aún sigue conservando un aire místico y la naturaleza sigue siendo predominante. Esto es posible gracias a las más de 100 000 palmeras, los árboles frutales y las plantaciones.

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Jardines de Majorelle

Jardín Majorelle | ©Kamal Hammadi
Jardín Majorelle | ©Kamal Hammadi

Dependiendo del tiempo que se haya pasado en el Palmeral será posible realizar una visita a estos espectaculares jardines.

Un taxi desde el mismo Palmeral o desde Jamaa el Fna te llevará allí sin problemas. Los jardines fueron creados por un pintor francés, Jacques Majorelle, en 1924 y son, sin duda, los más bonitos de la ciudad.

A pesar del clima de Marrakech, los jardines presentan numerosas variedades de plantas acuáticas. Junto a ellas conviven diversos tipos de jazmines, cactus, bananeros, palmeras y bambú. Sin duda, un oasis de frescor en una ciudad rodeada por el desierto.

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Conoce otra cara de Marrakech: la ciudad moderna de Guelíz

Marrakech, como el resto de las ciudades marroquíes, no es solo su Medina antigua. Durante el protectorado francés se levantó Gueliz, la zona moderna de la localidad. El centro de esta zona es la plaza 16 de noviembre, donde está ubicado el mercado central.

Esta plaza es el origen de varias avenidas, entre las que destaca la de Mohammed VI. Si paseas por ella, verás que el ambiente es totalmente distinto al de la parte vieja, a pesar de estar igual de concurrida.

Esta zona también es perfecta para comer algo. En ella conviven algunos restaurantes de estilo más occidental con otros de comida marroquí. Si eres goloso, te recomiendo que pruebes los dulces árabes de la Patisserie Amandine.

Mellah: el barrio judío

Calle central de Mellah de Fez | ©Robert Prazeres
Calle central de Mellah de Fez | ©Robert Prazeres

Otro barrio menos conocido pero muy interesante es Mellah, el antiguo lugar de residencia de la comunidad judía de Marrakech. Uno de los planes que tienes que apuntar en tu listado de lo que hay que ver y hacer en Marrakech. El barrio apareció en el siglo XVI, cuando los judío españoles y portugueses fueron expulsados de ambos países y muchos de ellos se asentaron en el vecino Marruecos.

Aunque la comunidad judía casi ha desaparecido, el barrio aún conserva una esencia que lo diferencia de otras partes de la ciudad. Si puedes, además de pasear por sus calles (algunas de las cuales ya visitaste el primer día), acércate a visitar la Sinagoga Al Azama y el Cementerio Judío.

Por otra parte, el Mellah es un lugar ideal para comprar algunos regalos. En sus calles vas a encontrar bastantes tiendas y mercados, con menos gente que en el Zoco y a precios más económicos.

Relájate en un hammam

Uno de los símbolos del mundo árabe son los hammam y Marruecos no es una excepción. En Marrakech vas a encontrar unos cuantos de estos baños tradicionales de gran calidad en los que puedes disfrutar de un buen baño y masaje.

A la hora de elegir uno debes saber que vas a encontrar algunos que no son mixtos y que exigen llevar los productos para el baño. Más cómodos son los destinados para turistas que, aunque algo más caros, son mixtos e incluyen todo lo necesario para disfrutar de la experiencia.

Los más recomendables son Click Spa y Rosa Bonheur, pero en tu hotel te pueden recomendar algunos más para que puedas seleccionar el que más te guste.

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Cena en el Comptoir Darna

Algunos de los tours organizados acaban con una cena en la que se incluyen algunos de los platos marroquíes más conocidos. Si prefieres otra opción, Marrakech ofrece grandes posibilidades para terminar tu viaje a lo grande.

Un gran final puede ser, por ejemplo, acudir a cenar a uno de los locales de moda, el Comptoir Darna. Además de la calidad de la comida, suelen ofrecer un espectáculo de danza del vientre alejado de los diseñados específicamente para los turistas.

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Consejos para tu viaje a Marrakech

De cara a que puedas aprovechar y disfrutar al máximo de tu viaje a Marrakech, te indico una serie de consejos:

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