24 jun
mié
•18:00
Hard Rock Stadium • Miami
13 jun
sáb
•18:00
MetLife Stadium • Nueva York
19 jun
vie
•21:00
Lincoln Financial Field • Filadelfia
24 jun
mié
•18:00
Hard Rock Stadium • Miami
13 jun
sáb
•21:00
Gillette Stadium • Bostón
19 jun
vie
•18:00
Gillette Stadium • Bostón
24 jun
mié
•18:00
Hard Rock Stadium • Miami
Brasil entra en el Hard Rock Stadium como pentacampeón del mundo, con la camiseta amarilla asociada al juego ofensivo, al regate y a la presión alta para recuperar rápido y volver a atacar. Escocia llega con una identidad muy distinta: bloque sólido, duelos físicos, laterales que se sueltan y un ritmo de Premier League en cada disputa.
Ya se cruzaron en Mundiales como Italia 90 y Francia 98, siempre con marcadores ajustados, y ese pasado añade picante al choque. En una fase de grupos del Mundial, un punto marca la diferencia entre un cruce favorable o un camino cuesta arriba: Brasil quiere mandar desde el primer día, Escocia sabe que puntuar ante la Canarinha puede cambiar el grupo.
Verlo en directo en Miami, en un Hard Rock Stadium de alrededor de 65.000 espectadores, con graderíos rectos, techo tipo “marquesina” que cubre la grada y deja el césped a cielo abierto, es vivir el contraste de estilos a pocos metros del campo, con calor, ruido y color sudamericano y británico mezclados en la misma noche.
Brasil llega siempre con pedigrí: cinco Copas del Mundo, presencia habitual en las rondas finales y una generación que mezcla talento joven y experiencia. Vinícius Júnior y Rodrygo agitan los costados, Marquinhos sostiene atrás y Alisson responde en las grandes noches.
Escocia, que no estuvo en Qatar 2022 pero sí en las dos últimas Eurocopas, se apoya en la jerarquía de Andrew Robertson, el despliegue de John McGinn y los goles de Scott McTominay desde segunda línea. Es un equipo que muerde, que presiona y que no se intimida por el escudo rival.
Brasil–Escocia en Miami es mucho más que un partido de grupo: es una cita para ver a una potencia histórica medirse a una selección en pleno crecimiento. Asegura tu entrada y cuéntalo después como algo que viviste, no que viste por televisión.
Para fútbol, el Hard Rock Stadium ofrece unas 65.000 localidades repartidas en varios anillos, con un diseño cerrado que recuerda a los grandes estadios modernos de Europa: grada cerca del campo, buena visibilidad y techo que concentra el ambiente. Las mejores vistas para seguir cada detalle están en las laterales bajas, equivalentes a una tribuna central en Madrid o Londres; los fondos reúnen a las aficiones más ruidosas y los anillos superiores permiten leer perfectamente el dibujo táctico.
Tomando como referencia los precios oficiales anunciados para partidos de fase de grupos del Mundial en Estados Unidos, puedes esperar de forma orientativa unos 120–150 € en las zonas más altas (categoría 4), 150–230 € en fondos y esquinas (categoría 3), 230–320 € en laterales medias (categoría 2) y 320–380 € en las butacas centrales de mediocampo (categoría 1). Estas cifras pueden variar según la demanda, el rival o la fase de venta, pero marcan el rango en el que moverte para no quedarte fuera de este Brasil–Escocia en Miami.